Vita Verónica Hernández Mejía Un pez para una niña mi hija se acercó a un desconocido en la playa.Lo que sucedió después fue una verdadera lección. Somos buenas mamás, le dije a mi amiga mientras nos sentabamos en unas comfortables sillas de playa bajo una sombrilla clavada en la arena y veíamos a nuestras hijas jugar a la orilla del agua. De hecho aquella mañana de verano me sentía una madre excepcional. Me levanté temprano, preparé la comida par el picnic, subí al auto a mis dos hijas, de 5 y 3 años, y pasé a recoger a mi amiga y a sus dos hijas.